Barcelona (La Vanguardia )

En un entorno no siempre favorable, se está consolidando una segunda o tercera generación de realistas catalanes, según se mire, de la que Albert Vidal es el capocannoniere. A diferencia de la generación anterior, la figuración ha sido para ellos una cosa natural y por lo tanto los Vidal, Cárdenas, Cuervo, Macaya... están madurando mucho más rápido que sus predecesores. La mayoría tiene una gran calidad técnica y alguno un mundo totalmente personal.

La capacidad técnica de Albert Vidal es de las que produce envidia. La composición de sus vistas aéreas de grandes ciudades es perfecta y la valoración cromática también. Vidal ha jugado con ordenadores e impresoras, al menos, desde su adolescencia y utiliza tecnología de última generación para construir su obra. Pero curiosamente, el resultado definitivo lo presenta con acrílicos y lápices de colores sobre una tabla de madera de claras reminiscencias medievales. Pese a su juventud, ha llegado a un dominio parecido al de Antonio López, y además lo que en uno es trabajo duro en el otro parece facilidad innata. López es el faro que ha guiado a la mayoría de pintores de esta generación y del que algún día tienen que desligarse de manera definitiva para seguir su propio camino.

Ciudades destruidas
Los temas que trabaja Vidal están inspirados en los documentales tipo Japó des de l´aire, detenidos en un momento determinado y tamizados a través de la sensibilidad del pintor. Siempre acostumbran a ser los cineastas, fotógrafos y publicistas los que saquean la historia de la pintura; esta vez es justo lo contrario ¡fantástico! El artista expone paisajes africanos y asiáticos. Las ciudades japonesas destruidas por las bombas atómicas, solucionadas a base de manchas que rozan la abstracción, producen un cierto desasosiego. También pinta las mismas ciudades reconstruidas, grandes panorámicas de Tokio, otras vistas desde edificios altos y algún fragmento marino. El alejamiento del tema y la frialdad con que está tratado nos da una idea muy clara de cómo un determinado bicho está modificando la orografía de la tierra, sin ninguna pretensión pedagógica. Me pregunto qué función plástica tienen las letras y números que introduce en sus cuadros: ¿darles una apariencia de modernidad que no necesitan? o ¿numerar como el científico todos los documentos que acumula sobre un determinado ensayo?

La pintura, en el pasado, ha sido utilizada como canal de transmisión de diferentes ideologías: el catolicismo la utilizó desde el románico hasta el barroco. Vermeer y los pintores de la vida sencilla vendían la reforma protestante. El neoclasicismo publicitó la revolución francesa y más tarde fascismo. Los naturalistas y los realistas soviéticos destilaron comunismo. La última utilización política de la pintura fue la identificación de la abstracción y las vanguardias con la idea de libertad capitalista, opuesta al encorsetamiento dirigista del realismo comunista. En la actualidad, la propaganda ideológica tiene otros canales de circulación más potentes. La pintura ha quedado huérfana de consignas. Cada artista puede encararse al mundo sin tantas presiones como en épocas anteriores para explicar cómo ve el mundo en el que vive, olvidando ideas preconcebidas. El público, a su vez, tendrá que aprender a mirar sin prejuicios y a decidir quién le cuenta una historia interesante y cómo se la cuenta. La mayoría de nosotros somos excesivamente desconfiados, especialmente delante del talento, olvidamos nuestros sentidos y nuestras emociones. No hace falta tener un doctorado en Bellas Artes para disfrutar de estos cuadros. El público aterriza en esta exposición sin paracaídas ¡bienvenidos!

Veintiún pintores y pintoras que aportan cinco piezas, cada uno es el premio de la Parés para el público curioso. Oriol Clapés, Darío Aguilar, Rafael Bestard, Fernando Jiménez, Albert Vidal i Moreno, Albert Valentí, Felip Solé, Lluís Rodríguez, Silva Márquez, Cristina Sampere... recrean paisajes pegadizos o interiores decorativos, impresionistas unos, hiperrealistas otros. La técnica es, sin duda, un valor añadido en estas colectivas que poco aportan a esta década casi extinta, salvo por representar la nostalgia de aquellas vanguardias que todavía hicieron creer a los coleccionistas que la pintura era algo más que una exhibición fútil en una reunión a la vera de una tetera. La muestra de la Parés tiene la moraleja de que la perseverancia en las formas tiene la compensación interior de que nunca te equivocas. Saludos a la coherencia.

2n PREMI Albert Vidal Moreno (BARCELONA, 1969) Format a la Facultat de Belles Arts de Barcelona, aquest jove artista ha exposat amb regularitat desde 1991. Ha guanyat diversos premis, entre ells el de la Generalitat de Catalunya de la Biennal de Pintura Jove Anquin's de Reus. Des de fa mesos retrata les rondes de Dalt, de Barcelona, en que s'ha inspirat per realitzar l'obra per la qual li han atorgat el segon premi Agrupació Mútua. - On troba inspiració per a les seves obres?  "Vaig començar fent paisatges i a poc a poc m'he anat centrant en el paisatge urbà, que és el meu. Em permet molta llibertat en el color i és un tema poc tractat." - Surt a pintar al carrer?  "El meu metode és mixt: a l'hivern treballo més a l'estudi, a partir de fotografies, pero també surto sempre que puc." - El quadre que ha presentat al concurs representa una central electrica, com va néixer ?  "Conec molt bé la ronda de Dalt, perquè la pinto des de fa temps, i allà mateix hi ha una transformadora de FECSA. Un oncle meu, enginyer, em va demanar que la pintés, pero el resultat no el va convencer. Al final em vaig quedar l'obra i la vaig presentar." - Tot i que ara la figuració sembli recuperar adeptes, el més habitual entre els joves acabats de sortir de la Facultat és que optin per nous llenguatges.Voste s'ha decantat per la figuració... "Sí, clarament. Em permet aprendre moltíssima tècnica per poder, després, expressar-me amb més desimboltura. A la Facultat t'impulsen a descobrir camins nous, la qual cosa és molt positiva, pero jo em trobo més comode en aquest estil figuratiu expressionista." - Quins artistes li han ensenyat?  "Antonio López, sens dubte, i també els realistes americans, com Richard Estes o Chuck Glose, encara que aquests siguin més conceptuals."